sábado, 17 de julio de 2010

ENCOD Boletín nº 65 Julio de 2010


http://www.encod.org/info/BOLETIN-ENCOD-65.html

LOS CIUDADANOS, LAS AUTORIDADES Y LAS DROGAS

No hace falta ser economista para saber que cuando una sustancia que

tiene demanda se declara ilegal, su precio sube y su calidad baja. El

número de proveedores incrementa, y es más difícil de controlar el

mercado.


Se supone que los gobiernos se preocupan de la salud y el bienestar de sus

ciudadanos. Pagamos por los servicios de salud para controlar todo lo que

ponemos en nuestros cuerpos. Irónicamente, para la producción y

distribución de sustancias que fueron declaradas ilegales por la Convención

de Estupefacientes de la ONU en 1961, no existe ningún tipo de control.

Esta medida fue justificada por la necesidad de proteger la salud pública,

pero en los hechos ha tenido el efecto contrario. Entonces porqué continua

la guerra a las drogas hasta hoy?


Continúa porque la mayoría de la gente no piensan lógicamente sobre las

drogas; sólo reaccionan emocionalmente. Los políticos lo saben, y por ello

prefieren callarse la boca sobre ello, así que evitan una posible pérdida de

votos. Los periodistas lo saben, y por ello prefieren divertir más que

informar. Hablan de drogas para provocar la curiosidad de la gente, pero

ignoran la pregunta cómo se pueden reducir y evitar problemas.


Las personas que queremos mejores políticas de drogas debemos

desmontar un concepto falso que ha sido puesto en nuetsras mentes desde

generaciones, creado y mantenido por intereses extremadamente

poderosos. Necesitamos empujar una evolución social, cultural y política

que dará vuelta a la relación entre autoridades y ciudadanos.





Consideren nuestras experiencias en el Foro de la Sociedad Civil sobre

políticas de drogas en la Unión Europea, CSF. Creado en 2007 después de

años de reclamos, este foro debería ser la oportunidad para la sociedad

civil de proveer algún comentario en el proceso de decidir sobre la política

de drogas que está teniendo lugar en Bruselas. Un presupuesto de 1 millón

euros por año fue reservado para financiar el Foro, que consistiría de

encuentros regulares con los representantes de asociaciones europeas que

trabajan en el campo de las drogas.


Tres años después, la Comisión Europea solamente puede rendir cuentas

sobre una fracción de ese monto. Tres sesiones del CSF han tomado lugar

desde 2007, involucrando approx. 50.000 euros cada una. En estas

sesiones, la Comisión ha sistemáticamente neutralizado cualquier intento

de empezar un diálogo sincero con los que toman las decisiones. Durante

la última sesión, en marzo de 2009, la Comisión trató desesperadamente

de imponer una campaña uniforme sobre el Foro, una llamada “ Alianza

Europea para advertir contra los peligros de las drogas". Sólo una de las 26

organizaciones participantes en el CSF, la "Foundation for a Drug Free

Europe" (apoyada por la Iglesia de Cientología) se puso de acuerdo con

ella. Luego, se formó un grupo núcleo de 6 organizaciones, ENCOD siendo

una de ellas, que redactaría la agenda del próximo CSF.


Después de incontables retrasos, este grupo núcleo se reunió el 15 de

junio de 2010->article2487]. Durante la reunión se hicieron propuestas

concretas para incluir en esta agenda una discusión sobre el curso de las

políticas de drogas como tales, con reglas claras sobre criterios para invitar

a participantes y un uso eficaz del presupuesto destinado para ello. Pero

nuevamente, la Comisión Europea actuó instatáneamente evitando las

conclusiones, posponer las decisiones y prolongar el estatus quo. Al final,

la discusión tuvo que postergarse al mes de octubre.


Violando todas las reglas sobre transparencia, representación y uso eficaz

de dinero público, la Comisión está destruyendo la credibilidad del CSF y la

de todas las organizaciones involucradas. La élite europea demuestra con

ello que no quiere en absoluto que tenga lugar un diálogo serio con los

ciudadanos sobre la política de drogas, porque tiene miedo que su

resultado les hará perder la cara públicamente.





Durante la Asamblea General de ENCOD que tuvo lugar en Francoforto del

18 al 20 de junio, hablamos sobre estrategias para un contra-ataque. Fue

interesante ver que países grandes como Alemania, Francia, Italia y el

Reino Unido tienen una renovada tendencia hacia políticas represivas,

algunas veces camufladas bajo medidas para asegurar la seguridad del

tráfico, mientras que en países más pequeños, muy prudentemente,

pequeñas luces de esperanza alumbran, especialmente con respecto al

cannabis. El próximo gobierno de los Países Bajos bien puede comenzar un

experimento con la puerta trasera del coffeeshop, en Bélgica el primer

Cannabis Social Club ahora está operando, mientras que en España el

número total de esos clubes ya está por los centenares.


Debido a la variedad de contextos políticos y otros en cada país, es difícil

acordar sobre una actividad o agenda común para Encod. Algunos

propusieron que organizaramos peticiones, o marchas en Bruselas o Viena,

o sesiones de entrenamiento para activistas y lobbyistas. La mayoría de

estas ideas deben permanecer ideas por la falta de recursos humanos o

materiales para ponerlas en práctica.


Pero la Asamblea sirvió seguramente como inspiración a los que temen que

nuestras acciones serán siempre simbólicas. Un taller sobre la historia y el

desarrollo del modelo del Cannabis Social Club en España fue una

oportunidad para aprender cómo se establece y se promueve tal club.

Comenzando como una acción simbólica para desafiar la prohibición del

cannabis, estos clubes han llegado a ser soluciones prácticas para muchas

personas, entre ellas muchos pacientes que no desean más obtener su

medicina del mercado ilegal. En cualquier país donde el consumo no está

criminalizado es posible comenzar tal club: cualquier abogado o juez debe

ser capaz de explicar que si la demanda es legítima, la oferta debe serla.

Por lo menos en España y Bélgica, esta línea de razonamiento ha tenido

éxito.


De la misma manera se puede encontrar una solución para el tema de la

hoja de coca y sus derivados tradicionales. Ambas pueden ser compradas

legalmente en Perú y Bolivia, pero la exportación es ilegal debido al hecho

de que la hoja de coca figura en la Convención de la ONU de 1961. En el

mes próximo, algunos socios de Encod investigarán la posibilidad de

establecer una asociación europea de consumidores de la hoja de coca que

importará productos de coca legales a tarvés de un circuito económico

verde y justo, en acuerdo con las asociaciones de productores de coca

bolivianos.





Hace 17 años, nuestra lucha comenzó con esfuerzos para llamar la

atención sobre las voces de los que nuca fueron escuchados en el debate

de las drogas. Continuó durante años desafiando la superioridad moral

detrás de la prohibición. Hoy día se trata de encontrar soluciones eficaces

para ciudadanos afectados que pueden funcionar aquí y ahora. Conectando

a consumidores y productores que quieren ser parte de un sistema legal

sin la innecesaria intervención de intermediaros o autoridades podemos

mostrar que es perfectamente viable y posible implementar formas no

represivas de control basadas en la aceptación del acceso a cualquier

sustancia.


Así estamos escribiendo el próximo capítulo de la historia de la política de

drogas, aunque todavía es imposible decir en qué página comienza. Por lo

menos una cosa es clara: la prohibición de drogas es un enfoque

extremadamente irresponsable. A fines de justificarlo, las autoridades

necesitan engañar y mentir. Esa situación no puede durar mucho tiempo

más.


Por: Joep Oomen










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